La potencialidad de la Lf en aplicaciones biológicas, farmacológicas y nutracéuticas, ha atraído la atención de los científicos, debido a su amplia gama de efectos biológicos, incluyendo su uso como inmunomodulador y anticancerígeno. Diversos estudios muestran que no existe diferencia entre la actividad antibacteriana de la lactoferrina humana (Lfh) y la lactoferrina bovina (Lfb).
En neonatos se ha estimado que la alimentación con leche materna, permite la ingestión de 3 g de Lf por día, durante la primera semana. Esta Lf actúa como primera línea de defensa en las mucosas intestinales; también promueve el crecimiento de bifidobacterias y lactobacilos. Estas bacterias cuentan con diversas estrategias para combatir a los enteropatógenos, entre ellas, la producción de ácido láctico, de bacteriocinas, y la competencia por los sitios de adhesión en la mucosa y en el epitelio gastrointestinal. Además, gran parte de la Lf se absorbe intacta en el intestino de los neonatos, permitiendo su distribución por el torrente sanguíneo hacia sitios de infección lejanos del tracto gastrointestinal. Esta es una de las principales razones por las que existe un creciente interés en incluir esta proteína en las fórmulas para alimentación infantil, ya que la concentración de LF en leche de vaca es notablemente inferior (0,1-0,4 g/l)
Publicaciones recientes ponen de manifiesto como la suplementación de las fórmulas infantiles u otros productos lácteos como el yogur con Lf (1-2,8 mg/ml) mejora la microflora intestinal, aumenta la absorción de hierro y disminuye las infecciones respiratorias e infecciones gastrointestinales por rotavirus.
La efectividad terapéutica de la Lf ha sido probada para el tratamiento de la infección por Helicobacter Pylori, en pacientes y portadores. Dos metanálisis de los estudios efectuados hasta el momento en este campo en pediatra a la dosis de 400 mg día concluyen que la Lf aumenta la efectividad del tratamiento antibiótico erradicador del Helicobacter Pylori.
Se están realizando en animales y humanos diferentes ensayos clínicos para demostrar el efecto terapéutico de la Lf en otras infecciones víricas y micóticas tanto locales como sistémicas. De hecho, existen en el mercado colutorios bucales y cremas dentales para combatir el Estreptococo Mutans (causante de la caries) y pomadas para infecciones micoticas. Otro aspecto muy importante en clínica, es el uso de moléculas bioactivas, como vehículos de medicamentos antivirales. La ventaja consiste en que dichas moléculas se dirigirían únicamente hacia las células afectadas por el virus. Ello permitiría utilizar dosis de medicamento más bajas, disminuyendo sus efectos tóxicos y colaterales.
Después de haber sido sometidos a pruebas clínicas aplicadas en las fases I, II y III en humanos para asegurar su calidad, eficiencia e inocuidad, la FDA (Food and Drug Administration) ha aprobado algunos productos de Lf dentro de la jerarquía de productos Generally Recogniced As Safe, (Generalmente Considerados como Seguros). Recientemente la European Food Safety Authority (EFSA) ha aceptado la LF bovina como un complemento seguro y eficaz que puede ser propuesto para fines terapéuticos en niños y adultos.