Introducción

En la actualidad es bien conocido que el zinc es un elemento traza (se encuentra en niveles pequeñísimos en el organismo), que influye en el crecimiento y afecta al desarrollo y la integridad del sistema inmune. Es un factor esencial para la actividad de más de 300 métalo-enzimas, las cuales no pueden funcionar sin su presencia. Participa en la integración de sistemas intracelulares, e interviene en las vías metabólicas principales de las proteínas, hidratos de carbono, lípidos, energía y ácidos nucleicos. Participa en la síntesis del hemo e interviene en el recambio del tejido conjuntivo y la síntesis celular. Por todo ello se puede concluir que el zinc ejerce efectos decisivos sobre la función inmune, aumenta la resistencia ante la infección y favorece un crecimiento adecuado del organismo.

En modelos de experimentación humana se han descrito alteraciones inmunológicas al inducir un déficit leve de zinc por medio de la dieta. Esta leve deficiencia de zinc tiene como consecuencia una disminución en la actividad de la timulina sérica, el nivel de células T y la relación de Interleukinas. Estos estudios demuestran que un déficit incluso leve de zinc en el ser humano puede acompañarse de un desequilibrio de la función de las células TH1 y Th2, produciendo como resultado una alteración de la defensa ante la infección. Todo ello conduce a una mayor tendencia a las infecciones. Es un hecho demostrado con experimentación in vitro, que el zinc es un elemento traza fundamental para un estado inmunitario competente, así para un crecimiento adecuado del niño y adolescente. Numerosos estudios de experimentación han demostrado que una carencia de zinc, disminuye la resistencia frente a determinados grupos de patógenos bacterias, virus, hongos y parásitos.

  • Las infecciones son más frecuentes en niños carentes de zinc o con niveles límite del mismo.
  • El aporte de zinc disminuye la frecuencia de infecciones de repetición de las vías altas respiratorias y su duración.
  • El balance negativo de zinc favorece la aparición de diarrea. El suplemento  de dicho micronutriente favorece la recuperación de la diarrea. El zinc reduce la frecuencia de diarrea aguda y crónica en la infancia.

Se dispone de una amplísima literatura sobre la acción el papel del zinc en las infecciones y su efecto sobre el sistema inmunológico. Dos metaanálisis publicados en la revista Pediatrics han puesto de manifiesto sobre la acción del zinc en el tratamiento de la diarrea aguda y persistente , reduciendo su intensidad y duración y sobre la prevención de la diarrea y las infecciones de repetición .